lunes, 14 de junio de 2010

Conversión - Ser amigo de Dios
"Las bendiciones y las promesas de la conversión son recibidas por convenio por medio del bautismo y de la confirmación, y por medio de todas las ordenanzas del templo y del sacerdocio. Después, mediante el constante arrepentimiento, la obediencia y la fidelidad al guardar los convenios efectuados, los frutos de la conversión crecen y se desarrollan en nosotros. A medida que la conversión madura y se sostiene mediante las obras del Espíritu Santo, el alma se sana y encuentra la paz. Mediante esta conversión absoluta podemos verdaderamente conocer y sentir el carácter y la grandeza de Dios de manera personal; es el medio por el cual nos hacemos no sólo siervos del Señor sino también llegamos a ser sus amigos. El conocer a Dios y llegar a ser Su amigo viene con el proceso de la conversión. Es algo que está disponible para todos los que se arrepientan y obedezcan los mandamientos. Esa conversión es una experiencia intensa y muy personal que tiene que ver con las relaciones. Tiene que ver con el despertar del Espíritu de Cristo que está en todos los hombres y las mujeres. Implica el despertar en nuestro interior los sentimientos del Espíritu Santo, lo cual nos conduce al testimonio de la verdad."
(Elder Dale E. Miller, Liahona noviembre 2004, pág.14)

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